jueves, 12 de agosto de 2010

Un golpe de suerte. Cuarta parte.

4.

El fin de semana se pasó bastante rápido, con salidas todos los días, además de ir a hacer la compra, que falta me hacía. Me pasaba el día entero con Adam y sin saber porqué descubrí que éramos inseparables que éramos como amigos de la infancia, él sabía todo sobre mí, o eso le hacía creer, y yo todo de él, o eso me hacía creer. Y largas tardes en el parque, largas conversaciones de toda nuestra vida: de nuestra familia, nuestros amigos, nuestros estudios, nuestras ex parejas, de nuestras locuras y de nuestras aficiones entre muchas “nuestras” cosas más. Y así fueron pasando los días, los meses hasta aquel día señalado. Salí de mi habitación y me dirigí hasta el baño para darme una buena ducha, pero algo me frena antes de llegar. Al final del pasillo, en la puerta de la entrada, hay algo colgado y, además, con una nota. Me voy acercando lentamente y cojo la nota para sacarme de dudas:
Erleen lo he visto en la tienda y no he sido capaz de no comprarlo para ti. Espero que te guste y, sobretodo, que sea tu talla. Aún así, otra cosa, póntelo esta noche. Te invito a cenar a un sitio nuevo que he descubierto.

Un beso muy grande,
Adam.

No dudé un segundo y enseguida devolví ese gran paquete que tenía frente a mí: un precioso vestido rojo entallado y largo, con una abertura que permitía que se me viera la pierna. Estuve toda la tarde entusiasmada para la hora en la que por fin me pondría ese vestido. Me preparé, me maquillé, me cepillé los dientes, me peiné de una forma especial, para este día especial. Ya es la hora, me puse el traje y esperé. A los pocos segundos el timbre.

- ¡Buenas noches, princesa! Está usted muy guapa con ese vestido, me alegro de haber dado con la talla perfecta para ti. Además, el estilo te pega mucho.
- Muchas gracias por el detalle, no deberías de haberte esforzado tanto. Es genial, gracias.

Y la noche fue fluyendo poco a poco, cada vez se iba oscureciendo más y yo con una venda en los ojos tuve que ir todo el camino hacia ese gran restaurante donde me esperaba la sorpresa. Entonces el coche se paró y llegamos. Conseguí bajarme con la ayuda de Adam que me ayudo a llegar también hasta nuestra mesa en la que me facilitó el sentarme en la silla y acto seguido me quitó la venda. Estaba en una terraza donde se podía ver una gran luna blanca en el cielo, acompañada de tímidas estrellas y un gran lago a nuestros pies con una enorme cascada. Parecía el paraíso. Tras una buena cena acabamos por charlar un rato como solíamos hacer siempre. Entonces una pregunta que me descolocó por completo:

- ¿Eres feliz?
- ¿Si soy feliz? Claro que lo soy. – Sonreí.
- Te noto diferente a hace unos meses cuando te conocí. La verdad que parece que llegué en el momento exacto. Como si fuera un ángel de la guarda. El primer día que te vi algo me dijo que tenía que ayudarte sea lo sea que te pasara y creo que ya he cumplido mi objetivo pero con un factura muy grande. No pensé que me fuera a pasar esto, pero estar día tras día pendiente de ti, pensando qué estarías haciendo y si estarías bien o no ha hecho que al final, irremediablemente, me haya enamorado de ti. Sí, lo sé no me mires con esa cara, sé que no es lo mismo para ti que para mí y lo entiendo perfectamente y tranquila que seguiremos siendo los amigos de siemp…
- No digas nada más, por favor. Adam, quiero ser tu amiga siempre, no te lo niego pero hay algo que desearía más todavía y es poder compartir mi vida contigo de una forma más íntima, más estrecha, más especial. Yo también he llegado a sentir esa irremediable atracción por ti que hace que si me faltas no pueda respirar, siento que respiro gracias a ti y sí, eres mi ángel de la guarda. Gracias por llenarme de aire los pulmones y gracias por darme la oportunidad de volver a nacer porque estaba muriendo en vida. No sabía qué hacer y tú me sacaste. Sabes lo que he pasado, y lo mejor es que sabes cómo soy: una caprichosa, algo infantil que es una impulsiva y que no sabe muy bien qué hacer con su vida, pero que es capaz de luchar por lo que quiere, que es un poco agobiante a veces y que le cuesta mucho mostrarse como es pero si siendo así una persona perfectamente imperfecta has llegado a enamorarte de mí, ¡¡de mí!! Tú, la persona de la que yo estoy enamorada, entonces ¿qué hacemos perdiendo el tiempo?

Ninguno de lo dos dijimos nada más, tan solo nos quedamos en silencio mientras nuestros labios se iban acercando poco a poco hasta por fin, acabar con ese gran beso. Uno que parecía sacado de una película, al igual que nuestro primer encuentro. Un beso con el que sellamos un amor irrompible, algo duradero que se edificará dentro de una burbuja. La suya, la mía, la nuestra. Y que nada, ni nadie destruirá jamás.



Fin.
O quizás... ¿Continuará?

3 comentarios:

  1. Que bonita! Sin duda es la noche perfecta... <3!
    continuala!! :D

    Seria interesante que pasara "algo malo", y luego se arreglara todo otra vez!
    Asi engancharia mas por saber el "¿que pasara?"

    Igualmente, aunque no pase nada malo que interrumpa la historia perfecta, seguire enganchada! jaja ^^

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  2. Que continuuue que continuueee !! jajajajaj ya sabes que me encanta cielo, es una historia genial .. y el final es perfecto ! pero quiero más.. :D
    muack!

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  3. Ay, chicas!! No había leído estos mensajes. Tranquilas que ayer estaba pensando en cómo continuarla y estoy haciendo el borrador, así que dentro de poco más.

    Pizanlof, es una gran idea, creo que voy a hacer algo así ^^ Muchas gracias :D

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