miércoles, 24 de febrero de 2010

Diario de una insensible III

A veces, hasta la persona más insensible desearía no hacer daño a nadie... Pero muchas veces es difícil de conseguirlo.

Ojalá el mundo fuera fácil y, por lo tanto, la vida fuera sencilla. Aunque técnicamente lo es, nosotros somos quienes hacemos las cosas más dificiles de lo que paracen.

Sentimos, pensamos, volvemos a sentir y a pensar. Eso es lo que hace que todo tenga mayor complejidad. Los sentimientos forman una parte importante de las personas. Sentimientos de culpa, de dolor o simplemente de cariño. Nos acompañan siempre y muchas veces más de lo que deseamos. Simplemente hay que dejarse llevar, conscientemente, por ellos. Saber qué es bueno para seguir, para evolucionar y que no lo es tanto para aprender. Eso le hace pensar a ella, ¿dónde está el límite cuando ama a alguien? ¿Quién pone el límite entre esa persona y ella?

Ella era divertida, espontánea, siempre alegre e intentaba siempre estar ahí cuando los demás la necesitaban. La tachan de presumida e hipócrita. De falsa y mentirosa. Ella ha visto como algo que ha construido en días, meses y años se ha destruido. Pero sólo le queda seguir. Evitar los errores cometidos y aprender de los nuevos.

Ella ya no es la misma. Ella se ha convertido en una insensible. Aunque de ve en cuando salen a la luz ciertos sentimientos.

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