Ella apasionada por la vida, con ansias de vivir, se consume día a día, segundo a segundo. Ya lo ha dicho en más de una ocasión, pero ahora le ha vuelto el dolor. Ese dolor que palpita por dentro con ganas de salir. Ese dolor que consigue hacerla envejecer más cada instante. Que la mata lentamente cada segundo.
Palabras mal entendidas, o con doble significado, llegan hasta su corazón, casi marchito, y lo destruye en mil pedazos. En más de mil pedazos de los que ya estaba roto...
Ella ya no es la misma. Ella se ha convertido en una insensible, pero que a veces sufre el dolor...
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