Ella niña inocente. Ella chica despreocupada. Ella mujer con un largo futuro. Cae en una espiral en la que le es difícil salir. Todo lo que tiene, o ha tenido, se va desmontando poco a poco.
Sus pensamientos e ideas están confusos en algún rincón de su mente. De esa mente que no ve más que oscuridad. Negra oscuridad. Pero, a pesar de eso, siempre hay pequeñas luces, pequeños puntos de luz que hacen que vea las cosas de otra forma. Más grises. Porque nada es blanco o negro. No existen los extremos absolutos. Existen los términos medios, el justo medio.
Ella ya no es la misma. Ella se ha convertido en una insensible, que busca su término medio...
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